Si bien la cura del COVID-19 aún no ha sido desarrollada, especialistas de todo el mundo continúan trabajando e investigando arduamente para alcanzar este propósito. Es así como un grupo de expertos de la Universidad de Columbia en Estados Unidos está examinando y analizando cómo ciertos tipos de luz pueden influir y ayudar a eliminar los virus de algunas superficies, en este caso, podría ayudar a reducir la propagación del Coronavirus.
Particularmente, este estudio tiene por blanco la luz ultravioleta lejana (UVC lejana) -que no es lo mismo que la luz ultravioleta convencional- y ha demostrado que es efectiva para erradicar dos tipos de coronavirus estacionales que circulan en el aire (el que causa tos y resfriados). En este sentido, se está investigando si esta luz efectivamente también puede combatir y evitar la propagación del SARS CoV-2. Es importante recalcar que, si bien este tipo de luz no terminará con el Covid-19, científicos comentan su enfoque preventivo, el que puede ser un aliado para controlar la propagación.
Como mencionamos anteriormente, no todas las luces ultravioletas son iguales, la luz ultravioleta convencional es altamente penetrante, por lo que puede causar cáncer a la piel y problemas oculares. La Organización Mundial de la Salud recomienda que ésta no debe usarse para esterilizar ninguna parte del cuerpo. Sin embargo, las que está bajo la lupa de los especialistas es inocua, no produce ningún daño ni afección a la piel, ojos y otros tejidos, debido a que posee una longitud de onda corta.
Expertos concuerdan que esto también podría servir para eliminar patógenos de otras enfermedadescomo el sarampión, la gripe o virus nuevos que aparezcan a futuro.