Mejora la concentración y la memoria, disminuye el estrés, aumenta la creatividad… Estos son algunos de los beneficios de leer; un hábito que en países como España disfruta más del 64% de la población, según el último estudio sobre Hábitos de Lectura elaborado por la Federación de Gremios de Editores de España. Pero, ¿tiene riesgos? Durante décadas se ha relacionado esta actividad –y algunas costumbres a la hora de leer– con una disminución de la salud ocular. En este sentido, expertos en oftalmología como el Dr.Luis Fernández-Vega Cueto-Felgueroso inciden en que muchas de las creencias populares sobre los malos o buenos hábitos de lectura no son del todo ciertas y es necesario matizarlas. Estos son los seis mitos más extendidos y su explicación.
Leer en dispositivos digitales es malo para la vista
El informe sobre Hábitos de Lectura de la Federación de Gremios de Editores de España recoge que un 30% de los lectores lo hace en dispositivos electrónicos como eReaders, tablets o móviles. Lo cierto es que aunque los primeros imitan la lectura en papel y no dirigen la luz directamente a los ojos, quienes leen en tablets o móviles sí podrían sufrir molestias oculares o fatiga visual debido a que sí lo hacen e, incluso, a los reflejos en la pantalla que entorpecen y reducen la nitidez de la imagen. Lo ideal para mitigar estos efectos y evitar estos reflejos es ajustar la iluminación y siempre utilizar buena luz natural, además de descansar la vista cada 20 minutos aproximadamente.
Leer con poca luz o en penumbra daña la vista
Los expertos confirman en este punto que leer con poca luz podría favorecer un aumento de la miopía en personas jóvenes. Sin embargo, para las personas que no padecen este problema no hay riesgo de daños permanentes, más allá de provocar fatiga ocular y dificultar la lectura. Para evitarlo, es recomendable contar con una buena iluminación y, especialmente, con luces blancas o frías. También es importante usar gafas de sol o una gorra si la lectura se produce con incidencia directa de la luz del sol, ya que con ello se evita un impacto directo en los ojos y posibles daños por rayos UV.
Leer mucho provoca vista cansada (presbicia)
Esta patología provoca que los ojos pierdan gradualmente la capacidad de enfocar y ver con claridad de cerca, y su causa se asocia con la pérdida paulatina de flexibilidad del cristalino del ojo. Se trata de un efecto relacionado con el envejecimiento del ojo y la lectura no produce ni adelanta la presbicia.
Leer con lentes provoca mayor dependencia de ellas
Quienes usan lentes se acostumbran a ver con mayor nitidez y al quitárselas es normal notar una gran diferencia, llegando a percibir que la visión empeora sin ellos. Aun así, su uso no tiene ningún efecto negativo en la vista y cuando se emplean para leer por necesidad es completamente lógico sentirse más a gusto con ellos.
Leer demasiado cerca daña la vista
La distancia óptima de lectura es de 50 a 60 centímetros, ya sea en papel o digital, pero a veces las personas necesitan acercar más los libros a los ojos. Este hecho no daña la vista como tal, pero puede favorecer el aumento de la miopía o indicar otros problemas refractivos subyacentes del ojo como la hipermetropía, el astigmatismo o la presbicia. Como consecuencia, es posible que resulte difícil ver con claridad los objetos más alejados.
La lectura de letras pequeñas es perjudicial para la vista
Al leer un texto con letra pequeña es habitual acercar el libro o dispositivo para verlo mejor. Es aconsejable evitar esta costumbre, especialmente para frenar el aumento de la miopía en quienes la padecen, pero también para no causar fatiga visual. Cuando se opta por soportes electrónicos para la lectura, lo idóneo es usar una herramienta digital que permita cambiar el tamaño de la fuente, además de recordar la regla 20-20-20: descansar la vista cada 20 minutos durante 20 segundos mientras se mira a 20 pies de distancia (unos 6 metros aproximadamente).
Fuente: www.educaciontrespuntocero.com