Una de las enfermedades que aqueja a las personas mayores son las cataratas oculares. Entre los síntomas más evidentes está la perdida progresiva de la visión, sensibilidad a la luz y cambios en el color del ojo. Al ser una patología tan común, es posible someter al paciente a una intervención quirúrgica para solucionar el problema de salud.
Con el paso de la edad, una de las complicaciones médicas que más afecta a los adultos mayores son las cataratas oculares, una patología que puede provocar una disminución progresiva de la visión y, en algunos casos, la pérdida de total de este sentido. Esta enfermedad afecta al cristalino, un lente natural del globo ocular que ayuda a enfocar la luz e imágenes en la retina.
De acuerdo con la clínica estadounidense Mayo, los pacientes que padecen esta enfermedad pueden ver como si observaran a través de una ventana empañada. Asimismo, esta afección puede ir evolucionando lentamente, de tal manera que la persona no se percate que tiene cataratas hasta que se presentan problema que impiden ver correctamente.
Uno de los síntomas más evidentes es una visión borrosa o “nublada” que limita al paciente a ejecutar actividades sencillas como leer o ver televisión. También, se experimenta una sensibilidad a la luz, presencia de círculos alrededor de la iluminación y un cambio evidente en el color de los ojos, generalmente de color amarillo o gris.
“La mayoría de cataratas relacionadas con la progresión de la edad, se desarrollan gradualmente. Como resultado, es posible que no se perciban de inmediato los cambios en la visión o las señales de cataratas en su estado temprano de desarrollo”, explica la Academia de Oftalmología de los Estados Unidos.
Esta enfermedad está más presente en personas de una edad avanzada debido al deterioro natural que se produce en los globos oculares. A contar de los 40 años, el cristalino se comienza a desintegrar de manera paulatina. También, existen factores hereditarios vinculados a su aparición, otros problemas de salud, lesiones oculares anteriores o el uso de corticoides.
Para detectar las cataratas oculares, los especialistas médicos ejecutan exámenes para evaluar el estado de la visión. Hay diferentes tipos de pruebas que ayudan a corroborar el diagnóstico, como el examen con lámpara de hendidura, donde se inspecciona con un microscopio especial la córnea, el iris y cristalino del paciente; el examen a la retina, refracción y agudeza visual. Todas estas pruebas médicas ayudan al profesional a descartar otras patologías que pueden estar afectando al ojo.
La cura para las cataratas
Al ser una patología bastante frecuente, es posible realizar un procedimiento quirúrgico para solucionar el problema de visión que aqueja al paciente. En caso de que la enfermedad no afecte de manera significativa la vista de la persona, lo mejor es posponer la cirugía y optar por un tipo especial de lentes ópticos.
La operación consiste básicamente en la remoción del cristalino y reemplazarlo con lente artificial intraocular. Si bien puede que el paciente no presente cataras durante varios años, es probable que vuelvan a presentarse.
Una manera práctica de prevenir esta patología es hacer chequeos a la visión de forma periódica, no solo por las cataratas, sino que por cualquier otra afección que puede aparecer en los ojos.
Fuente: BíoBío Chile