Con la irrupción de la pandemia, la demanda de máquinas que generan ozono se disparó en el mundo.
¿Qué es y para qué sirve el ozono?
Cada átomo de oxígeno se une a otra molécula de oxígeno gaseoso (O2), dando lugar a la aparición de moléculas de ozono (O3). Lo que poca gente sabe es que el ozono es un potente desinfectante que no requiere de productos químicos para eliminar virus, bacterias y malos olores del ambiente.Actualmente, es muy utilizado para higienizar superficies y objetos.
Asimismo, se utiliza en el tratamiento de las aguas residuales y también, para la eliminación de patógenos o microorganismos a nivel industrial. Sin embargo, el uso por parte de particulares se vislumbra como altamente peligroso ya que si la operación no es realizada en un ambiente controlado y seguro, puede ser una sustancia muy agresiva y dañina para la salud de las personas y causar estragos a corto, mediano y largo plazo.
Durante estos meses de pandemia, muchas personas las adquirieron pensando que era la opción idónea para eliminar el virus de sus hogares. También, los dueños de muchos negocios, con la intención de ofrecer a sus clientes y empleados las máximas garantías de seguridad. Pero, sin saberlo, podrían estar consiguiendo exactamente el efecto contrario. Los científicos afiman que este gas tiene bastantes riesgos asociados y debe utilizarse en el 100% de los casos por personal especializado.
La utilización de ozono debe estar en todo momento supervisada, no debe aplicarse de forma indiscriminada sin el control adecuado por parte de un experto. Las instalaciones, evaluación del volumen de aire del lugar, medición de superficies y condiciones de ventilación son algunos de los parámetros que se deben evaluar a la hora de desinfectar un ambiente. Asimismo, se deben tener en consideración elementos tales como; la cantidad de ozono a aplicar y duración.
Los especialistas advierten sobre la importancia de insistir en los riesgos que se pueden suscitar a raíz de una mala o indebida aplicación de ozono. No es cosa de comprar el aparato, presionar un botón y pasarlo por la casa, porque finalmente un inexperto no tiene la certeza ni noción de si lo está efectivamente realizando es correcto o no.
El ozono no es un líquido inocuo, sino que es un germicida. Es el desinfectante más potente para eliminar bacterias y todo tipo de microorganismos. Por lo tanto, su efecto es muy agresivo. Es una sustancia que oxida los tejidos y las mucosas y puede potencialmente generar daños irreversibles en humanos y animales. Los ojos, la piel y los pulmones son algunos de los órganos expuestos que se pueden ver afectados al inhalar en exceso este gas. Sin duda la gravedad de las lesiones internas e externas será proporcional al tiempo de exposición a esta sustancia. A nivel ocular, puede provocar la aparición de cataratas e irritación e inflamación en los pulmones. Los expertos sostienen que puede incluso desarrollar tumores y daños irreversibles en el organismo.