La pandemia de COVID-19 y el confinamiento han causado efectos en diversos ámbitos en las personas. Uno de ellos y muy importante, es la salud mental de toda la población independientemente de padecer una condición de enfermedad. No obstante, en el caso de un paciente oncológico puede sumar más estrés y la respuesta de afrontamiento ante esta situación puede variar de unos pacientes a otros, y va a estar mediada por cómo estén respondiendo a la propia patología.
A la constante preocupación por evitar el contagio, se suma la de sentimientos de vulnerabilidad, ansiedad, incertidumbre, miedos al pronóstico y evolución del estado de salud, pero por sobre todo, a la atención sanitaria y manejo del cáncer durante COVID-19.
Para ello, es fundamental hablar con los profesionales de salud a cargo del paciente, para que puedan proporcionarle información válida y clara con respecto a su situación ante la pandemia y las opciones disponibles en el caso de que requieran atención de urgencia.
Para la psicóloga especialista en esta patología, Erica Villoría Fernández (phD), Docente e investigadora de la Universidad Autónoma de Chile, es fundamental mantener los procesos de autocuidado y prevención del contagio recomendadas por las autoridades sanitarias “Realizar lavados de manos frecuentes, quedarse en casa y uso de mascarillas, genera una situación de seguridad que puede ayudar a aliviar el estrés y la tensión ocasionada por la preocupación por las complicaciones de salud ante la pandemia”.
Además la psicóloga, recomienda mantenerse activo física y mentalmente, dentro de las limitaciones que pueda causar la enfermedad oncológica, lo que significa actuar conforme a lo que es valioso para la persona. Se trata de mantenerse ocupado en aquellas acciones que venía realizando antes de la pandemia como tareas domésticas, actividades de ocio e incluso laborales si la persona estaba activa. En el caso de no poder hacerlas por el confinamiento, buscar alternativas que se puedan realizar en casa.
Lo importante en la situación de hoy, es evitar espacios de tiempo vacíos que pueden favorecer la aparición de aburrimiento, pensamientos negativos y preocupaciones, que pueden incrementar la ansiedad y la tristeza. En relación a cómo el estado de la salud mental puede interferir en el tratamiento que recibe el paciente, la Dra. Elena Lisott, Médico Hematólogo, integrante de la Sociedad Chilena de Hematología, SOCHIHEM, comentó que “La ansiedad y el estrés pueden conducir falla en la adherencia, aparición de manifestaciones secundarias como náuseas, vómitos e insomnio, los cuales pueden disminuir la tolerancia del paciente bien sea de quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia o terapias dirigidas”.
La doctora, también agregó que en el caso de que el paciente desee modificar su terapia o tratamiento a raíz de Covid-19, deberá antes consultar a su médico tratante. Desde la mirada de los pacientes, Tatiana Corbeaux, Presidenta y Fundadora de la organicación ONCOLOOP, comentó que “Es importante contar con la red de apoyo, ya que puede marcar la diferencia en generar un mejor afrontamiento a la enfermedad y a las consecuencias que se deriven de ella y por tanto, favorecer un mejor estado emocional y calidad de vida”.
Finalmente, para brindar un apoyo emocional al paciente oncológico, es necesario que el círculo más cercano, esté informado del manejo de la condición de salud de la persona, así como también, mantener una comunicación abierta para conocer sus preocupaciones y miedos, que permitan identificar sus necesidades no sólo a nivel emocional, sino también, a nivel físico. Para mayor información sobre recomendaciones enfocadas en la salud mental y el cáncer, tanto los pacientes como su red de apoyo, pueden ingresar a www.oncored.org, la primera red digital chilena dirigida a pacientes oncológicos.
Fuente: 24horas.cl