Al igual que otras partes de nuestro cuerpo, los ojos suelen mandar señales bastante claras sobre cómo están funcionando las cosas por dentro. Es por eso que no debemos dejar de lado los indicios que nos revelan sobre nuestra salud ocular.
Existen varias razones por las que nuestros ojos se tornan rojos. El motivo más frecuente es por una infección como conjuntivitis o por el excesivo esfuerzo realizado al estar frente a pantallas tecnológicas. Si esta condición persiste, es preciso acudir donde un especialista a la brevedad.
Los ojos rojos también pueden deberse a diversos factores:
- Deshidratación
Los expertos en salud y nutrición recomiendan beber al menos dos litros de agua diarios para mantener el organismo saludable.
- Alimentación deficiente
Alimentarse de forma sana y equilibrada es sumamente importante, no tan sólo para mantenerse en forma, sino también para cuidar y proteger nuestro cuerpo. Es preciso reemplazar la comida rápida o “chatarra” por frutas y verduras frescas, proteínas, legumbres y otros.
- Alergias
Muchas personas sufren de alergia a ciertos alimentos o a ciertos contaminantes, lo que puede ocasionar episodios de enrojecimiento ocular.
Otro aspecto que debemos cuidar es que nuestro ojos no sobresalgan más de lo normal, no se tornen “saltones”. La mayoría de las personas presenta esta condición por genética, sin embargo esto también puede indicar estar sufriendo hipertiroidismo y se puede desencadenar a cualquier edad y de un momento a otro.
En el caso de que tus párpados se contraigan más de lo habitual, debes partir por revisar tu alimentación y la ingesta de minerales necesarios para el buen funcionamiento del organismo. La deficiencia de magnesio se expresa en estos síntomas, sin embargo, la solución es sencilla; consumir más semillas, hojas verdes y cacao. Estos alimentos, ricos en magnesio te ayudarán a prevenir y a evitar los temblores en los ojos.
Los ojos amarrillos son una condición bastante común, suele advertir sobre la existencia de problemas de orden hepático y se debe principalmente a aumentos en los niveles de bilirrubina en la sangre. Para evitarlos, se debe llevar una dieta baja en azúcar, alimentos procesados y grasas.
Los ojos borrosos son, en la mayoría de los casos, sinónimo de cataratas, condición propia del envejecimiento y del paso del tiempo. Se pueden producir también a raíz de una mala alimentación y del envenenamiento por metales pesados.
Por último, una aureola blanca alrededor del iris puede traducirse en una alimentación excesivamente alta en colesterol y triglicéridos.
Cualquiera sea la condición que presentes, es de suma importancia consultar con un oftalmólogo sobre las medidas a tomar para aliviar estos problemas oculares.