Mantener una buena salud visual y supervisar que nuestros hijos no presenten algún tipo de problema de visión es, realmente, una tarea de suma importancia a la que, como padres, deberíamos prestar atención de forma continua. Al fin y al cabo, tener una salud visual correcta es uno de los factores más importantes a la hora de que nuestros hijos puedan asegurar un desarrollo físico y psicológico acorde a su edad.
Hoy en día, vivimos en un mundo rodeado de pantallas, tanto de dispositivos móviles como de computadores, que utilizamos para entretenernos, como para el trabajo o para la escuela, por lo que resulta especialmente necesario cuidar de nuestra salud visual y la de nuestros hijos. Y es que el uso de tantas pantallas en nuestro día a día afecta negativamente a la salud visual de todas las personas y, especialmente, a la de los niños, a los que puede provocar en muchos casos miopía infantil.
La miopía infantil es un defecto de visión cada vez más común entre los niños que, además, cada vez parece afectar desde edades más tempranas. Esta tendencia al alza de la miopía infantil se debe en gran medida a la sobreexposición a las pantallas a la que se ven expuestos los menores, sin embargo, puede haber también otras razones que motiven la aparición de esta deficiencia en la visión.
¿En qué puede afectar la miopía infantil al desarrollo de un niño?
Como ocurre con cualquier otro defecto de visión que puede afectar a los más pequeños de la casa, lo cierto es que la miopía infantil puede afectar negativamente al desarrollo de la vida de nuestros hijos en muchos sentidos. El principal problema al que nos enfrentamos cuando hablamos de miopía infantil a edades tempranas es el hecho de que, normalmente, los propios niños tienen dificultades para identificar qué les ocurre y comunicárselo a sus padres.
Más allá de esto, que normalmente retrasa el diagnóstico y deja al niño sin soluciones durante, al menos, una temporada, lo cierto es que la miopía puede afectar también a su desarrollo y a sus procesos de aprendizaje. Al fin y al cabo, los niños necesitan tener una buena visión, no solo para estudiar, si no también para poder atender en clase, practicar deportes, leer o escribir.
En este sentido, si no actuamos a tiempo los niños pueden llegar a sentirse limitados por razones que desconocen, afectando a su bienestar general y también a su salud emocional, impidiéndoles concentrarse o repercutiendo incluso en su autoestima y su motivación.
¿Cómo identificar la aparición de la miopía infantil?
Si hablamos de poder identificar problemas de visión como la miopía infantil, lo cierto es que aquí los padres y adultos que convivan con el niño deben ser los principales observadores que puedan identificar los síntomas. Es realmente común que los niños no sean capaces de identificar y comunicar qué les ocurre, por lo que es importante prestar atención a algunos de estos signos que pueden indicar miopía infantil.
Por lo general, los niños que sufren de miopía infantil suelen sufrir algunos síntomas físicos como dolores de cabeza, picazón en los ojos, enrojecimiento ocular, fatiga ocular o incluso lagrimeo constante. Además de esto, notaremos también ciertos cambios comportamentales en el niño como que puede llegar a entrecerrar o parpadear con los ojos con mucha frecuencia para intentar ver mejor o, instintivamente, acercarse de forma constante a las pantallas, los libros o la pizarra para poder ver con claridad.
Finalmente, también suele darse el caso de que el niño presente dificultad para prestar atención, mantener la concentración o para realizar tareas como leer o escribir.
Cómo cuidar la salud ocular de los niños y prevenir la aparición de la miopía infantil
En términos generales, para prevenir la aparición de la miopía infantil es importante que los padres y tutores adquieran un compromiso para prestar especial atención a estos síntomas, ya que en la mayoría de los casos son los adultos los que identifican este problema de visión.
Más allá de esto, conviene llevar a los niños anualmente a revisiones oftalmológicas que puedan determinar su salud ocular, limitar el tiempo que los niños pasan frente a las pantallas y priorizar las actividades y los deportes al aire libre, que les permitan ampliar sus horizontes visuales cada día. Además, también es importante proteger a los pequeños de la luz solar, favorecer una buena alimentación rica en vitaminas y ácidos grasos omega 3 y asegurar los descansos adecuados tanto cuando hablamos de uso de pantallas como también con otras actividades como la lectura, la escritura o el estudio.
Fuente: www.elconfidencialdigital.com