El descanso y el reposo en casa no son sólo las indicaciones que realizan los médicos a los pacientes con COVID-19, sino también llevar una dieta equilibrada.
Una adecuada nutrición crea un ambiente óptimo para que el sistema inmune responda adecuadamente a la enfermedad. Las vitaminas A, B6, B12, C, D, E, zinc, selenio y cobre, son esenciales para su adecuado funcionamiento.
La dieta de los pacientes con una infección activa de coronavirus, que guardan cuarentena en casa, debe equilibrarse con cantidades suficientes de energía, proteínas y otros nutrientes, pero que a la vez, sea tolerada por quienes presentan falta de apetito.
Las siguientes vitaminas contribuyen a reforzar nuestras defensas y a fortalecer nuestro organismo y sistema inmune:
Vitamina A: cumple diferentes funciones como el mantenimiento y crecimiento de tejidos, dientes y huesos. Es vital para la visión y buena salud ocular. Se puede encontrar en zanahoria, pescado, camote, calabaza, espinaca, melón, lechuga, pimiento rojo, brócoli, papaya, mango maduro, plátano, berro, espinaca, leche, quesos, yogurt y yema del huevo.
Vitaminas del complejo B: tienen funciones necesarias para el metabolismo de ciertos nutrientes, formación y mantenimiento de células, formación de anticuerpos y de hormonas. Está en el pescado, pollo, carnes, cereales integrales, huevo, camote, plátano, papa, palta, pistacho, lenteja, espárrago, espinaca, brócoli, mango, lechuga, naranja, tomate, frutos secos, garbanzos y lentejas, arvejas, espinaca, palta y plátano.
Vitamina C: es importante para la biosíntesis de colágeno en el cuerpo. Esta vitamina es vital para diversos aspectos del sistema inmune, como migración de leucocitos a sitios con infección. Los alimentos que la contienen son: guayaba, kiwi, frutillas, naranja, limón, papaya, brócoli, tomate, repollo y mandarina.
Vitamina D: juega un rol importante en el sistema óseo, sirve para la correcta utilización de calcio. Se puede encontrar en pescado, leche fortificada, yogurt fortificado, cereales fortificados y huevo.
Vitamina E: es un potente antioxidante que ayuda a mantener la salud de las membranas celulares y protege los tejidos de pulmones, piel y otros órganos. Está en los frutos secos, palta, espinaca, kiwi, zapallo, brócoli, aceite de oliva, mariscos, aceite de maíz y germen de trigo.
Zinc: es un mineral necesario en la función de enzimas y el desarrollo fetal, además de funciones especificas en maduración de diferentes sistemas del organismo. Se encuentra en carnes, pescado, pollo, lentejas, yogurt, avena, palta, mora, arándano, guayaba, melón, kiwi, arveja, espinaca, espárrago, brócoli y hierbas verdes.
Selenio: este mineral es importante para la función de la glándula tiroidea, además realiza funciones antioxidantes en el cuerpo. Interviene en la inmunidad innata y en la inmunidad adquirida del cuerpo. Los alimentos que lo contienen son: pescado, mariscos, carne de vacuno, huevo, pollo, cereales y pan fortificado.
Hierro: es vital para el organismo, es importante para la formación de hemoglobina, proteína que permite el transporte de oxígeno al cuerpo. Está en cereales fortificados, carne de vacuno, frutos secos, poroto blanco, espinaca, quinoa y espárrago.