Malos hábitos en la lectura pueden hacer que suframos algunos síndromes oculares como la sequedad ocular, fatiga visual o incluso que se aumente o que aparezca la miopía.
Con motivo del Día del Libro, los especialistas del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega (IOFV) recuerdan que es importante tener buenos hábitos de lectura para no afectar a la salud ocular. De esta forma, la iluminación, temperatura, humedad, el parpadeo continuo o el descanso mirando a lo lejos son factores que debemos tener en cuenta para procurar leer de forma saludable.
No tener en cuenta estos aspectos puede hacer que, algo tan beneficioso como leer, acabe derivando en algunos síndromes oculares como sequedad ocular o fatiga visual. Incluso que se aumente o que aparezca la miopía.
Conseguir buenos hábitos de lectura
Para evitar estas circunstancias hay que tener en cuenta unos sencillos buenos hábitos de lectura. Estos son algunos de los expuestos por Luis Fernández-Vega Cueto-Felgueroso de la Unidad de Córnea y Cristalino del IOFV.
Una buena iluminación:
Leer en un ambiente bien iluminado va a evitar que fuerces tu vista y que enfoques demasiado. Por ello, ilumina bien la superficie en el caso de que leas un libro en papel y recuerda evitar la luz directa y las sombras. No hay consejo más importante que leer con la suficiente claridad y evitar el sobreesfuerzo. Y si es con luz natural, mejor.
Adaptar los dispositivos electrónicos:
Aunque a veces se crea lo contrario, las pantallas de los dispositivos están autorizadas y reguladas para no dañar las estructuras oculares. Debemos adaptar la pantalla para que haya un equilibrio entre la luz que emite y la iluminación ambiental. Aun así, entre los buenos hábitos de lectura está la recomendación de leer en una pantalla con tonos cálidos.
Descansar y mira a lo lejos:
Para evitar la fatiga ocular y reducir las posibilidades de que aumente o aparezca la miopía, acuérdate de descansar la vista con la regla 20-20-20: veinte segundos de descanso mirando a seis metros o (veinte pies) por cada veinte minutos de lectura. Hay que combinar el trabajo intenso mirando en cerca con otras actividades que requieran ver a lo lejos.
Mantener la distancia:
La distancia óptima de lectura es de 50 a 60 centímetros, ya sea en papel o digital. Según el doctor Luis Fernández-Vega Cueto-Felgueroso manifiesta que “se ha comprobado cómo sobre todo los niños suelen acercar los dispositivos electrónicos a los ojos, lo cual es dañino para la vista y se está convirtiendo en una costumbre que se debe corregir.”
No olvidar parpadear:
Sabemos que algunos libros nos cautivan y pasamos muchas horas concentrados sin poder parar hasta caer rendidos. Justamente esa atención e interés que prestamos a lo que estamos leyendo nos mantiene los ojos tan abiertos que nos olvidamos de parpadear. Por ello, recordamos que, para evitar la sequedad ocular, hay que hidratar los ojos a menudo de forma natural, parpadeando, o aplicando lágrimas artificiales, manteniendo así limpios e hidratados nuestros ojos.
Observar temperatura y humedad:
Ten en cuenta que hay varios factores como la humedad y la temperatura que influyen también en la salud de los ojos. “Un ambiente de lectura sano para la vista es donde haya luz natural, entre 21 y 26 grados y que la humedad permanezca entre el 50 y 60 por ciento. Además, airear las habitaciones del hogar va a ofrecer una estancia limpia que será agradecida por los ojos. Y si se lee al aire libre, mucho mejor”, concluye Luis Fernández-Vega Cueto-Felgueroso.
Fuente: El Médico Interactivo