De acuerdo con el Primer Informe Mundial sobre la Visión, publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2019, al menos dos mil 200 millones de personas reportan tener deficiencia visual o ceguera, y de estos, 95 millones son niños. Sin embargo, cerca del 40% de todas las causas de ceguera en la niñez son prevenibles o tratables.
Por ello, los expertos de todo el mundo advierten sobre la importancia de evaluar la salud visual desde el nacimiento o desde pequeños con el fin de detectar alteraciones de la visión binocular como la ambliopía y el estrabismo.
¿Qué es la visión binocular?
Es la integración de los estímulos luminosos que llegan a cada ojo como percepción única, es decir, se capta toda la estimulación externa que llega a cada uno de nuestros ojos y el cerebro sincroniza ambas imágenes para crear un campo visual más completo. Así es como el ser humano tiene percepción de profundidad, es decir, podemos distinguir qué tan cerca o lejos de nosotros se encuentra algo.
Ésta se desarrolla desde el nacimiento, mediante diversas adecuaciones que hacen los músculos para dirigir a los ojos a una posición paralela.
A continuación te contamos cuáles son las principales alteraciones de la visión binocular:
Ambliopía u “ojo flojo”. Padecimiento en el que un ojo ve más que el otro, porque no funciona en coordinación con el cerebro, provocando que el cerebro le dé más importancia al ojo con buena visión y con esto debilita más al ojo ambliope lo que puede derivar en estrabismo o que con el tiempo baje la visión del ojo débil.
Estrabismo. Situación en la que los ojos no están alineados correctamente y apuntan en distintas direcciones. En un niño pequeño, el cerebro aprende a ignorar la imagen del ojo desalineado. En su lugar, sólo ve la imagen del ojo que no está desviado o que tiene mejor visión. Como resultado, la percepción de profundidad puede verse afectada.
Hipermetropía, miopía y astigmatismo o errores refractivos oculares no corregidos o mal corregidos que ocupan el tercer lugar en causas de visión baja a nivel mundial.
La visión es crucial para el desarrollo del niño desde el momento del nacimiento. Para los infantes reconocer y responder a sus padres y maestros propicia el desarrollo cognitivo y social así como el de habilidades motoras, coordinación y equilibrio.
El proceso de rehabilitación, tratándose de la visión binocular y la corrección de problemas binoculares, es para mejorar o para evitar que llegue a ser un caso de visión baja. Cuando el paciente ya refiere una visión baja hay que enfocar la terapia a una terapia adaptativa, es decir, se enseña al paciente a utilizar su remanente visual para realizar algunas actividades que todavía podría hacer.
Son pruebas que pueden aportar datos muy relevantes sobre la existencia de algún riesgo de padecimiento visual y que se pueda tratar y corregir desde muy temprana edad, ya sea por medio de terapia visual o de algún método corrección óptica, como el uso de lentes, añadió.
Posterior a este examen de nacimiento, se recomienda una revisión optométrica a los seis meses de edad y una revisión anual periódica, ya que el estado visual tiene un proceso de maduración que se alcanza a los seis años de edad.