Rinoplastoma hereditario, ¿qué es, cómo prevenirlo y tratarlo?

El Rinoplastoma es un cáncer del ojo que suele desarrollarse en niños menores de 5 años, y en casos muy excepcionales, puede afectar a personas adultas. Es el cáncer ocular más común en niños pequeños y guaguas y se presenta en la retina, la zona del ojo que permite distinguir el color y la luz. Entre el 10 y el 15% de los niños de la población mundial aproximadamente, podrían tener retinoblastoma hereditario.

Si bien puede afectar a ambos ojos, de acuerdo a estudios, alrededor de dos tercios del total de casos les afecta sólo en un ojo.

En la mayoría de los casos, la retinoblastoma se desarrolla o transmite por genética, de padres a hijos con un patrón autosómico dominante, es decir que basta con que uno de sus padres presente un gen alterado para que exista un 50% de posibilidades de que ese niño presente y herede esta patología.

Es importante mencionar que los niños que desarrollan retinoblastoma hereditario deben someterse de inmediato a tratamientos que ayuden a encapsular y erradicar el tumor y posteriormente, deben acudir de forma muy responsable a controles y exámenes periódicos para cerciorarse que el riesgo de que el cáncer regrese sea bajo o nulo.

Por desgracia, los niños con retinoplastoma tienen mayor riesgo de desarrollar otros tipos de cánceres en otras zonas del cuerpo, sobre todo en glándula pineal, piel, huesos y tumores musculares. También,  mayor tendencia a desarrollar otro cáncer debido a la radiación a la que son expuestos.

Las causas del retinoplastoma siguen siendo una interrogante, por lo que no existen certezas sobre cómo prevenir esta enfermedad. Sin embargo, en la actualidad, los análisis genéticos posibilitan y permiten a las familias conocer de antemano los riesgos y probabilidades que tienen los hijos de contraer este cáncer y así comenzar con antelación los exámenes oculares. En este sentido, al ser diagnosticado a temprana edad, el tumor aún es pequeño y tratable, por lo que existe una amplitud y mayor espectro de posibilidades de cura para conservar intacta la visión.

Por último, si tienes antecedentes familiares de retinoblastoma, consulta con el pediatra la edad en la que tu hijo debe comenzar a hacerse exámenes oculares con regularidad para detectar la posible presencia de esta alteración ocular.