Encuentran un intrigante vínculo entre la salud ocular, las restricciones en la dieta y la esperanza de vida, que parece explicarse por los relojes circadianos, que podrían haber evolucionado para adaptarse al estrés diario.
or primera vez se ha encontrado una rara conexión entre la dieta, la salud ocular y la esperanza de vida. Estas tres variantes podrían estar vinculadas entre sí debido a los ritmos circadianos, según han explicado los investigadores del Instituto Buck (EE.UU.) que han realizado los ensayos para llegar a esta conclusión en moscas de la fruta (Drosophila).
Las investigaciones anteriores ya habían encontrado una asociación entre los problemas oculares y trastornos en la salud, sin embargo, la nueva investigación indica que es más que una correlación, pues la disfunción en los ojos podría causar daños en otros tejidos. Además, el estudio, publicado en la revista Nature Communications, indica que el ayuno y la restricción calórica podrían tener un efecto beneficioso en varias funciones del cuerpo.
“El hallazgo de que el ojo mismo, al menos en la mosca de la fruta, puede regular directamente la vida útil fue una sorpresa para nosotros”, explica el autor principal, Brian Hodge. Esta conexión podría tener su explicación en los relojes circadianos, esa maquinaria molecular que hay en cada célula del organismo.
Efectos de la dieta restringida en los ritmos circadianos
Los resultados muestran que estos relojes biológicos podrían haber evolucionado para poder adaptarse al estrés diario, como pueden ser los cambios en la luz y en la temperatura que se producen durante el día. Estas oscilaciones en 24 horas podrían afectar a los comportamientos animales complejos, como por ejemplo, en las interacciones depredador y presa o en los ciclos de sueño y vigilia, hasta que se ajuste una regulación temporal de las funciones moleculares de la transcripción de genes y traducción de proteínas.
Los genes que se activaban más con la restricción en la dieta parecían provenir de los fotorreceptores del ojo, lo que denota una vinculación entre ambos
En cuanto a la dieta, un estudio anterior publicado en la revista Cell Metabolism, ya indicaba que las moscas de la fruta que tenían una dieta restringida tenían alterados sus ritmos circadianos y tenían una vida útil más larga. Precisamente se eligió este insecto porque es parecido genéticamente a los humanos –entre un 61% y un 75% de coincidencia–, además de que como tiene una vida tan corta es un modelo perfecto para detectar muchas cosas a la vez.
Los resultados en este tema demostraron que muchos genes respondían a la dieta y tenían altibajos en diferentes puntos de tiempo o genes rítmicos. Se observó que este tipo de genes que se activaban más con la restricción en la dieta parecían provenir de los fotorreceptores del ojo, las neuronas de la retina que reaccionan a la luz.
La oscuridad aumentó la vida útil de las moscas de la fruta
En función de esto, los investigadores hicieron varias pruebas con la luz, y encontraron que las moscas de la fruta que estuvieron en la oscuridad constante tenían una vida útil más larga. “Eso nos pareció muy extraño. Pensamos que las moscas necesitaban que las señales de iluminación fueran rítmicas o circadianas”, explica Hodge.
Por su parte, Pankaj Kapahi, otro de los investigadores apunta que “mirar fijamente las pantallas de las computadoras y los teléfonos, y estar expuesto a la contaminación lumínica hasta bien entrada la noche son condiciones muy perturbadoras para los relojes circadianos. Estropea la protección del ojo y eso podría tener consecuencias más allá de la visión, dañando el resto del cuerpo y el cerebro”.
Pero, ¿los fotorreceptores de los mamíferos tienen la capacidad de afectar la longevidad? Según los autores del estudio podría afectar menos de lo observado en las moscas de la fruta, pues en estos insectos los ojos son los que consumen mayor parte de su energía. Sin embargo, sí que podrían afectarnos mucho los ritmos circadianos y su papel en el funcionamiento neuronal a lo largo del envejecimiento.
Esto es lo que van a seguir investigando los autores y una vez que comprendan cómo funcionan estos procesos podrían desentrañar cómo el reloj molecular podría ser utilizado para frenar el envejecimiento, Hodge cree que podría conseguirse mediante la dieta, los cambios en el estilo de vida o gracias a medicamentos.
Fuente: Web Consultas