Daniel Porter, coordinador de educación del paciente en la Academia Estadounidense de Oftalmología, señala que “la miopía es muy común”, catalogándola como uno de los problemas de visión que más consultas requiere en el mundo. De hecho, una de cada dos personas –el 50 % de la población– la tiene, afirma.
“Con la miopía, el ojo es más largo de lo normal de adelante hacia atrás, o la córnea (capa transparente en la parte frontal del ojo) es demasiado curva. Esto hace que las cosas que están lejos de usted, se vean borrosas”, explica Porter.
Entre tanto, la doctora Sylvia H. Yoo, oftalmóloga pediátrica en el Centro Oftalmológico del Hospital Infantil Tufts en Nueva Inglaterra (Estados Unidos) y miembro del Comité Ejecutivo de la American Academy of Pediatrics, Departamento de Oftalmología, menciona unos datos reveladores sobre la miopía infantil.
“La miopía, o visión de cerca, es un problema común de la visión que con frecuencia comienza entre los 6 y los 14 años. Afecta hasta al 5 % de los niños en edad preescolar, aproximadamente al 9 % de los niños en edad escolar y casi al 30 % de los adolescentes”, dice.
Quejas de visión borrosa (como no poder ver la pizarra o el tablero en el colegio), entrecerrar los ojos para tratar de ver mejor, frotarse los ojos con frecuencia y dolores de cabeza frecuentes son los síntomas más comunes que presentan los niños que tienen miopía.
De acuerdo con Porter, los estudios demuestran que la miopía cada vez se está volviendo más común entre los niños. Señala que si bien hasta la fecha no se ha podido comprobar que exista un vínculo directo entre la miopía y los niños, ”la investigación sugiere que los niños que pasan más tiempo en el interior de sus casas haciendo actividades que requieren utilizar visión de cerca (como trabajar en la computadora, jugar videojuegos o leer) tienen tasas más altas de miopía, que aquellos que pasan más tiempo al aire libre”.
La llegada de la pandemia de covid-19 encendió las alarmas entre los médicos, pues las medidas que tomaron los diferentes gobiernos a nivel mundial para frenar el virus provocaron que el estudio fuera a distancia. Lo anterior se traduce en que los niños comenzaron a pasar más tiempo frente a las pantallas y trabajando muy cerca de ellas.
Del mismo modo, las medidas de distanciamiento social y quedarse en casa también dificultaron la posibilidad de que los niños pasaran más tiempo afuera, en lugares al aire libre. “Estos factores preocupan a los médicos por la posibilidad de un gran aumento de la miopía en los niños. Para ayudar a reducir el riesgo de miopía, especialmente durante la pandemia, anime a su hijo a que tome descansos frecuentes, que pase tiempo al aire libre cuando sea posible y limite el tiempo de recreación frente a la pantalla”, recomienda la oftalmóloga pediátrica.
Al respecto, Porter señala que “al equilibrar el tiempo que pasa frente a la pantalla con el tiempo que pasa al aire libre, puede ayudar a limitar la miopía de su hijo y a proteger su visión a medida que crece”.
La miopía es una condición que no se puede revertir, es algo que dejan en claro los especialistas. Pese a lo anterior, la ciencia hoy día está trabajando en un tratamiento que logre evitar que empeore a futuro, pues esto podría ayudar a proteger la salud ocular de los niños a largo plazo, “a pesar de que todavía necesite usar anteojos o lentes de contacto”, precisa Porter.
La miopía se corrige con anteojos, lentes de contacto o, en algunos casos, con cirugía. Tener miopía puede aumentar las posibilidades de tener algunos problemas visuales más adelante, como cataratas, glaucoma y desprendimiento de retina.
Fuente: Semana