La gran cantidad de casos de erupciones cutáneas, conjuntivitis, pérdida de olfato, gusto y parálisis facial en pacientes con el virus los señala como signos de alerta.
Y es que a los ya conocidos síntomas «oficiales» del Covid-19 –tos seca, fiebre y disnea (dificultad para respirar)– se están sumando otros podríamos decir «no oficiales» pero que, sin embargo, están empezando a cobrar peso e importancia en el diagnóstico de la enfermedad.
Según recoge el Ministerio de Sanidad en España los más frecuentes son fiebre (69%), tos (68%), dolor de garganta (24%), disnea (31%), escalofríos (27%), diarrea (14%) o vómitos (6%) pero, como decíamos, cada vez tienen más fuerza otros descritos relacionados con distintos órganos y sistemas. Como por ejemplo el oftalmológico. La conjuntivitis fue una de esas primeras manifestaciones extraoficiales sobre las que se dio la voz de alarma. «Efectivamente, se han publicado por oftalmologos chinos y descrito por la Academia Americana de Oftalmología conjuntivitis de tipo folicular, con ojo rojo, molestias oculares, con mayor lagrimeo, ausencia o poca secreción mucopurulenta indistinguibles de las que se pueden observar en una gripe común, y que pueden aparecer al principio de la infección del coronavirus, por lo que podría ser un signo de alerta, o hacerlo cuando la enfermedad está más desarrollada», explica José García-Arumí, jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Vall d’Hebrón y presidente de la Sociedad Española de Retina y Vítreo.
También ojo seco y visión borrosa
Pero no es la única señal. Así en una serie de 534 pacientes confirmados en Wuhan entre los síntomas alegados se detectaron en 21% ojo seco, 13% visión borrosa, 12% sensación de cuerpo extraño y 5% congestión conjuntival (el 0,5% como primera señal). «Ha habido un aumento en la incidencia de enfermedades vasculares retinianas, como embolia de la arteria central de la retina, o trombosis. Sin embargo, no sabemos si esto ha sido producido por la falta de ejercicio físico de los pacientes por el confinamiento o por un efecto de la infección», añade García-Arumí.
La pérdida de los sentidos del olfato y el gusto (denominados anosmia y ageusia), son otra de las manifestaciones no reconocidas del coronavirus. «Los primeros que hicimos una alerta de estos trastornos agudos como síntoma precoz en esta enfermedad fuimos nosotros, el 21 de marzo. Ahora con más causalidad acumulada nos reafirmamos», cuenta David Ezpeleta, secretario de la junta directiva de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
Porque, si bien es conocido que muchos virus, como el del resfriado, pueden producir alteraciones del olfato, no es algo frecuente. Sobre todo sin estar asociado a mucosidad y, en este caso, además, manifestado de forma súbita. «La gente empezó a consultar por este motivo y nadie daba explicación, y por eso nos pusimos a disposición de las personas a través de las redes sociales y atamos cabos. Y, aunque actualmente no está reconocido como síntoma, hemos sido lo bastante insistentes como para que el mensaje haya calado en quienes atienden a estos pacientes telefónicamente o los reconocen», asegura Ezpeleta. «Pensamos que debe ser reconocido pues, además en la mayoría de los procesos (unas dos terceras partes) aparece como primer síntoma, que es además cuando el paciente es más infeccioso».
Urticaria y sabañones
Uno de los últimos en incorporarse a este extenso y variado listado son las afecciones cutáneas. Dermatólogos de toda España están detectando la aparición de alteraciones dermatológicas en cualquier zona de la piel, coincidentes con el Covid-19. Estas manifestaciones son muy variadas, desde erupciones tipo rash (principalmente en el tronco), urticantes o vesículosas similares a varicela. Y en los dedos de pies y manos también se están observando lesiones de pequeño tamaño y en ocasiones con ampollas, similares a sabañones, con frecuencia en niños y adolescentes sin otros síntomas.
Por este motivo se ha puesto en marcha un estudio en todo el país, con la asesoría de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) para conocerlas y categorizarlas. «Por un lado, comprobamos la existencia de brotes de lesiones cutáneas en pacientes diagnosticados de Covid-19 y, por otro, la aparición repetida de cierto tipo de erupciones en pacientes sin síntomas del virus. Estas últimas han despertado nuestro interés porque tienen características peculiares en sus manifestaciones, en la época del año en las que suelen verse y en el gran número de casos agrupados en un corto espacio de tiempo», explica Cristina Galván, impulsora del trabajo y dermatóloga del Hospital de Móstoles (Madrid).
Aunque hay poca documentación al respecto, la publicación más extensa, del dermatólogo italiano Sebatiano Recalcati, (con datos de 88 pacientes) el 20% tenía algún tipo de lesión en la piel. Y si bien el reflejo cutáneo de esta enfermedad no tiene la importancia de otros síntomas que pueden conducir a la muerte, sí tienen un valor inigualable, pues la piel, como órgano susceptible de ser explorado a simple vista, puede darnos claves importantes tanto para el diagnóstico como para el control epidemiológico, como para el pronóstico.
«Conocemos varios mecanismos fisiopatológicos por los que el virus ocasiona alteraciones en otros órganos como la reacción inmunitaria que genera el organismo para luchar contra este nuevo patógeno. Es necesario también analizar la acción directa del virus en algunos tejidos como en la pared más íntima de los vasos sanguíneos, presentes en todo el cuerpo. Los medicamentos que se están utilizando pueden ser también la causa de algunas de las reacciones cutáneas», cuenta Galván. Y, continúa: «Vemos lesiones cutáneas en todas las edades y en todos los rangos, desde pacientes graves hasta los asintomáticos y sólo sabemos que tienen la infección por un test positivo. Sí parece que vamos a encontrar en el análisis que ciertas manifestaciones se relacionan con casos de peor pronóstico y otras con casos con síntomas leves o sin ellos. En el caso de que pudiéramos encontrar una relación entre el Covid-19 y las lesiones de manos y pies similares a sabañones, éste sería un ejemplo de alteración cutánea asociada a muy buen pronóstico», concluye la experta.
¿Y la parálisis facial?
Un último posible síntoma detectado en los últimos días por los médicos es la parálisis facial periférica. David Andina, pediatra de Urgencias del Hospital Niño Jesús de Madrid decía en Twitter que desde hace semanas han visto un aumento significativo de diagnósticos pero que «al aumentar nuestra población de referencia estamos sesgados» y preguntaba si en otros centros habían notado también un incremento de la patología. «La parálisis facial periférica aparece asociada a otra enfermedad que produce inflamación, o incluso por estrés. La inflamación vinculada al coronavirus puede tener relación con la parálisis facial, pero de ahí a que el virus dañe el nervio hay un paso muy grande. Desde el punto de vista biológico es plausible. Hay una relación causal muy grande pero de momento es una cosa anecdótica y totalmente marginal», señala David Ezpeleta.
Los síntomas «no oficiales» del Covid-19 cobran peso en su diagnóstico precozFuente: La Razón.cl