¿Sabías que tus ojos dicen más de ti de lo que te imaginas?
Existen evidencias arqueológicas de más de 3000 años de antigüedad que atestiguan el estudio de los signos en el iris en relación con los órganos del cuerpo, tanto en la cultura egipcia, como india y china.
La medicina tibetana considera que el ojo aporta información de muchos de los problemas que aparecen en el organismo, como si de una pantalla de screening se tratara. Siendo el hígado el órgano que adquiere más representación, de hecho, la traducción de ojo es la flor del hígado.
Es Ignatz Von Peczely el fundador de la iridología moderna. En su infancia trató de atrapar un búho, el animal asustado trató de escaparse y se rompió la pata. En ese momento observó que en el gran iris del animal aparecía una señal, como respuesta a esa fractura. Este médico Húngaro, publica en 1880 su libro llamado: “Descubrimientos en el seno de las ciencias naturales y la medicina: Una guía al estudio y el diagnóstico basado en el ojo”. Y en 1886, el primer iridiograma en la revista Homöopathische Monatsblätter.
La iridología, también llamada iriología, iridiología o iridodiagnosis, es la ciencia que estudia la salud del cuerpo humano a través del iris. Es un método para el diagnóstico de alteraciones funcionales orgánicas o tendencias, basado en los signos que hallamos en el iris como son: cambios de coloración, alteraciones del tejido, relieves, surcos, bandas… y la zona en la que se halla.
Haciendo un análisis del iris se puede llegar a determinar: las necesidades nutricionales básicas del organismo, vitalidad o debilidad de un órgano, glándula o tejido, nivel de toxemia, alteraciones del intestino, las áreas con alto riesgo de enfermar, los efectos corporales del estrés, el alto o bajo grado de impulso sexual, debilidades orgánicas innatas, depósito de medicamentos, efectos de la contaminación ambiental y otras muchas alteraciones del cuerpo.