La Organización Mundial de la Salud estima que por lo menos 2 mil 200 millones de personas en el mundo tienen deficiencia visual o ceguera y de estos casos, más de mil millones podrían haberse evitado o aún no han sido tratados.
Entre las condiciones más frecuentes están los defectos refractivos como la miopía -dificultad de ver de lejos-, la hipermetropía -ver mejor de lejos-, y otras que disminuyen la visión como la retinopatía diabética, el glaucoma y las cataratas. También se describen enfermedades infecciosas como la conjuntivitis, según el primer Informe mundial sobre la visión publicado por la OMS en el 2019.
Se destaca que el envejecimiento de la población, los cambios en los estilos de vida y el acceso limitado a la atención oftalmológica, son algunos de los principales factores que impulsan el aumento del número de personas con deficiencia visual en el contexto de la pandemia.
En ese punto, los expertos sostienen que influyen desde cuestiones como tener una dieta balanceada y el hacer ejercicio. El experto también recomienda el protegerse y cubrirse del sol. También agregan la importancia de limitar los tiempos en el uso de las pantallas y procurar parpadear o reponer con lágrimas naturales.
De igual manera evitar la automedicación es vital. Los medicamentos únicamente deberían ser recomendados por un médico o especialista en salud ocular.
Entre las emergencias podrían considerarse los dolores severos en el ojo, que la visión se pierda o cualquier golpe directo en el ojo, aunque uno vea hay que tratarlo porque podría representar un problema a futuro.