Come zanahoria, que es muy buena para la vista. Nos podrían haber aconsejado igualmente tomar calabaza, papaya o mango, pero hace treinta años sonaba demasiado exótico. Lo de la zanahoria no es un decir, no. Las frutas y verduras de color naranja son magníficas aliadas de la salud ocular. También los cítricos, los frutos secos, algunos pescados azules, las hortalizas de hoja verde, los cereales integrales, los huevos, el aceite de oliva…
En definitiva, la dieta mediterránea. Pero, ¿no es buena para todo en general? Pues sí, y para la salud de nuestra vista en particular. «No te vas a librar de tener miopía o cataratas, pero la buena alimentación ralentiza la aparición de enfermedades oculares asociadas a la edad, como la degeneración macular o las cataratas. Y también tiene relación con el ojo seco», enumera Juan Duran, director médico del Instituto Clínico Quirúrgico de Oftalmología. María Dolores Pinazo, experta en investigación en nutrición y salud ocular de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO) y profesora titular de Oftalmología de la Universidad de Valencia confirma y añade «la pandemia de la miopía».
«Hay micronutrientes que deben incluirse en la dieta a diario». Habla la especialista de «la vitamina C, que aportan los cítricos, y la E, que se encuentra en nueces y otros aceites de semillas, entre otros alimentos; los carotenoides (luteína y zeaxantina), presentes en frutas y verduras de color naranja como la papaya y la calabaza; el zinc, que es fundamental y está en los frutos secos; y los ácidos grasos omega 3, que se llaman esenciales porque solo los podemos adquirir a traves de los alimentos, ya que nuestro cuerpo no los posee ‘per sé’, y que se hallan, por ejemplo, en el salmón».
¿Supone esto hacer dieta especial o exige menús muy raros? No, coinciden los especialistas. «La ostras, por ejemplo, tiene mucho zinc, pero ¿quién come ostras a diario? Pero hay alternativa: nueces, avellanas, almendras… Yo, por ejemplo, como siempre dos o tres nueces en el desayuno», se pone de ejemplo la doctora Pinazo. Además, prosigue el doctor Durán, «hay alimentos como el brócoli, que cuando yo era niño ni los conocía, pero que hoy se encuentran en cualquier supermercado».
Estas son algunas de las dolencias que, al margen de fármacos y operaciones quirúrgicas, se ven favorecidas por la ingesta de algunos alimentos.
Degeneración macular
Advierte el doctor Durán que es la primera causa de ceguera en el mundo. Y explica cómo se produce este deterioro: «Cuando estamos leyendo la letra ‘cae’ en la mácula, que es la zona central de la retina, la más sensible. La visión más fina es la mácula, que tiene unos vasos especiales. Con el paso de los años, va fallando el epitelio pigmentario, que es la célula del organismo que más nutrientes consume. Tiene una actividad tremenda y su pérdida se traduce en esa pérdida de visión fina. Por la calle puedes seguir viendo bien, pero el detalle de la cara no se aprecia tanto. No es un problena de enfoque, sino de pérdida de visión en la zona central, como cuando miras de lado y ya no ves tan bien».
Un síntoma de alerta, prosigue el doctor, es empezar a ver líneas torcidas. «Si te parece que el dintel de la puerta está inclinado o ondulado, o si se te juntan las letras, como cuando te ponen una secuencia de letras y números deformados para que sepan que no eres un robot».
Esta enfermedad «tiene una base genética» pero la nutrición, sostiene el especialista, «puede ayudar a disminuirla». Cualquier alimento de la lista inicial es bueno pero puestos a elegir, el doctor Durán considera especialmente interesantes «las nueces, por el zinc que tienen, los huevos y el pescado azul».
Cataratas
Se trata de una enfermedad asociada a la vejez que se manifiesta con una suerte de visión «enturbiada». «El cristalino interno del ojo que ayuda al enfoque va perdiendo su función. Cada vez se hace más rígido y, al no poder enfocar bien, se pierde transparencia».
Como si mirásemos a través de unas lentes sucias. «También puede haber deslumbramientos, fotofobia, pérdida de nitidez en la visión de lejos…». Tiene una especial prevalencia entre «mayores de 60 años», aunque hay solución quirúrgica: «La operación que más se hace hoy en el mundo occidental es la de cataratas», confirma el doctor Durán.
Ojo seco
En esto no influye tanto el envejcimiento, pero, igual que en los casos anteriores, la buena alimentación palía los síntomas, principalmente «ardor, sequedad, dolor, cansancio, ganas de cerrar los ojos…». Los ambientes de aire acondicionado y calefacción son enemigos para esta dolencia, mientras que «los ambientes húmedos, beber mucha agua y comar alimentos ricos en omega 3 favorecen».
Entre la lista de los alimentos aliados de la salud ocular se ‘cuela’ la cuestionada copita de vino. «El resveratrol de la uva negra es un micronutriente muy interesante y dos deditos de vino en la comida resultan, a efectos de la visión, beneficiosos», sostiene la doctora Pinazo.
En el otro extremos los alimentos que empeoran nuestra visión con «la bollería industrial, la sal y el azúcar, el exceso de carne roja, las dietas ricas en carbohidratos o grasas y el alcohol, que ataca selectivamente al nervio óptico». Una advertencia: «Cocine los alimentos lentamente para preservar los nutrientes», aconsejan.
Fuente: El Correo