No, la pérdida de visión o cualquier otro problema oftalmológico, como la hipermetropía, la vista cansada o el astigmatismo, no forman parte de la lista de lo que se considera una enfermedad laboral en la mayoría de los países de latinoamérica.
Para ello debería poder demostrarse la relación causal entre el desempeño de una función en el trabajo y una enfermedad. Es el caso de algunos tipos de cáncer por exposición a agentes químicos, de intoxicaciones y alergias.
El listado es extenso y, en muchos casos, está relacionado con la fabricación de productos para la construcción, por ejemplo, el cemento, las pinturas y barnices o los aceros inoxidables.
También de materias primas para la industria textil como el cuero y las pieles, y para el mercado electrónico, como las baterías. En otros, tiene que ver también con el sector sanitario, sobre todo aquellos que trabajan en laboratorios o el despiece y traslado de alimentos.
Estos últimos relacionados con bacterias y virus asociados a los animales.