Raro es el hogar en el que no convivan smartphones, tablets y ordenadores, y más raro todavía es que se haga un uso comedido de todos ellos: una conducta que puede acarrear serios problemas.
Raro es el hogar en el que no convivan smartphones, tablets y computadores, y más raro todavía es que se haga un uso comedido de todos ellos. La irrupción de las nuevas tecnologías, y su continua actualización, ha supuesto un gran avance y una revolución en muchos ámbitos de la vida pero, parafraseando al genio Stan Lee, un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Y es ahí donde radica el problema: el uso que hacemos de los dispositivos electrónicos y digitales es tal que ya afectan a nuestra salud de formas impensables hace unos años.
Sin entrar en el grave problema que supone la adicción y las secuelas psicológicas e incluso físicas, como problemas de vista, fruto del uso desproporcionado de los diferentes aparatos, existe una serie de afecciones de tipo neuro-músculo-esqueléticas que ha incrementado exponencialmente la visita a las consultas de traumatología para tratar las denominadas lesiones tecnológicas como tendinitis De Quervain del dedo pulgar, el síndrome del túnel carpiano y la epicondilitis o codo de tenis, entre otras.
En este sentido, el doctor José Nebot, traumatólogo de Vithas Valencia Consuelo y Vithas Castellón, advierte de los problemas futuros que pueden derivar en la edad adulta por la utilización inadecuada de estos dispositivos, como son las patologías lumbares y cervicales. “Son cada vez más los niños y jóvenes que padecen de dolor de cuello, rigidez en los dedos y cefaleas a medida que se vuelven más dependientes de los móviles y aumentan sus horas de consumo”, señala.
“Las lesiones están relacionadas principalmente con escribir o mirar en la pantalla mientras se va caminando, al no mantener el eje de alineación del cuerpo pues el cuello va doblado. Hay que tener en cuenta que andando debemos tener cuello y la columna vertebral recta, es decir, una postura erguida para poder mantener una correcta consecución de un paso sobre otro. Esta situación provoca una sensación de tensión en la zona de los hombros y el cuello en la que los trapecios y la escápula se sobrecargan en exceso. Además, al pasar tantas horas tecleando, se siente incluso un cierto hormigueo y las tendinitis son cada vez más habituales”, añade el experto.
Pero ahí no acaban los problemas ya que el dolor de cabeza que proviene de inclinar la cabeza tanto para mirar el teléfono es otra consecuencia muy recurrente. “El origen es un dolor en la nuca que puede empeorar y conducir a una neuralgia occipital, es decir, que los nervios occipitales se inflaman, lo que da lugar a fuertes dolores de cabeza a modo de pinchazos cuyo dolor puede incluso puede provocar presión en los oídos y los globos oculares. Además, se puede tener sensación de mareo por culpa de la contracción de los suboccipitales, los músculos que facilitan nuestros movimientos de cabeza”, explica Nebot.
Dolores de espalda: síndrome del ordenador
Por otra parte, pasarse horas sentado en una silla frente al ordenador puede derivar en dolores de espalda que pueden llegar a ser crónicos. Esta patología llamada ‘síndrome del ordenador’, cada vez más frecuente entre los jóvenes y adolescentes, implica dolor de espalda, resequedad ocular, tendinitis de palma o muñeca, problemas de visión, contracturas, obesidad, retención de líquidos y dolor de cuello. Síntomas suficientes para dar la voz de alarma y concienciar a los jóvenes.
“Lo más importante es corregir y aplicar una buena higiene postural para evitar problemas futuros como hernias discales lumbares o cervicales, ya que la columna vertebral y los hombros se resienten y el cuello se ve dañado. Para combatir las consecuencias posturales, hay que hacer estiramientos antes y después de jugar, levantar unos centímetros la televisión o el monitor para no encorvarse y mantener la mirada en dirección recta ya que el daño se produce por estar inclinado hacia adelante o por mirar el teléfono o la pantalla de la TV por horas sin ningún tipo de ejercicio para contrarrestarlo, por eso es tan importante la prevención”, concluye el especialista.
Fuente: AS