Teñirse el pelo, las cejas y las pestañas en un salón de belleza puede parecer una forma fácil y rápida de mejorar el aspecto físico, sobre todo actualmente que han aparecido un sin fín de nuevos procedimientos de embellecimiento facial como el microblanding, laminación de pestañas, permanente de cejas y pestañas postizas que si bien éstos últimos no utilizan tintes, hacen uso de pegamentos y disolventes que son empleados para colocar y quitar las pestañas. Sin embargo, los expertos siguen advirtiendo que los tintes y otros tratamientos similares no son del todo seguros para nuestra salud visual.
Antes de someterse a alguno de estos tratamientos, es importante conocer el lugar donde te lo realizarás, tener referencias sobre su manera de trabajar, los profesionales que atienden y los productos que se utilizan a diario.
Existen centros de estética que por ahorrarse algo de dinero, utilizan productos de menor calidad y potencialmente dañinos para el organismo, en particular para nuestra visión ocasionando eventualmente graves lesiones en los ojos incluyendo la ceguera. Lo mismo ocurre con la compra de productos en sitios no adecuados, ya que pueden problemas como irritación y alteraciones oculares.
Por lo tanto, es de suma importancia tener claro de antemano que el uso habitual de estos tratamientos puede hacer que desarrollemos sensibilidades con la exposición repetida y las formulaciones pueden cambiar con el tiempo. Es posible experimentar una reacción incluso si se ha tolerado un proceso estético sin problemas en el pasado.
Aún cuando los tintes y productos químicos estén aprobados, es posible contraer infecciones y alergias, por lo que la habilitación del producto no hace automáticamente que el procedimiento de tinte sea absolutamente seguro y sin riesgos asociados.
En caso de una reacción a cualquier tipo de tinte cosmético, es necesario contactar con un oftalmólogo a la brevedad. Sin duda, nuestros ojos merecen la debida atención e importancia.