La inteligencia artificial ha llegado ahora a la salud ocular. Si antes ya conocíamos su utilidad en casos de uso como el reconocimiento de imágenes médicas o la predicción de los mejores tratamientos posibles ante una enfermedad, ahora podemos tener acceso a su uso en aspectos relacionados con la salud visual. Básicamente, es integrarla en la evaluación cognitiva de la visión para prevenir y tratar afecciones visuales.
Una iniciativa de IBM, Natural Optics Group e e-Health Technical Solutions propuso revisar otros aspectos de la visión que son complementarios como la parte neural y la psíquica que ayudan a tener una visión eficiente y a mantener una buena salud visual. La parte neural es aquella que mediante impulsos nerviosos lleva la información de una imagen retiniana hasta el cerebro coordinando la información de ambos ojos para obtener una información única. Por su parte, la etapa psíquica es dónde se descodifica, interpreta y, a través de aprendizaje o identificando experiencias previas, se gestiona la información.
Si anteriormente, se medían cuatro parámetros oculares, el sistema de inteligencia artificial -denominado WIVI Vision- evalúa más de cincuenta de cinco áreas visuales diferentes, en sesiones de 15 minutos mediante una experiencia única y no invasiva para el usuario.
WIVI Vision utiliza experiencias visuales con juegos 3D, actuando como un fisioterapeuta, capaz de mejorar las habilidades visuales. Estos entrenamientos se pueden emplear, por ejemplo, para la mejora de las disfunciones y patologías visuales, para facilitar la adaptación a los lentes progresivos o para evaluar la afección en la visión provocada por la Covid-19. El software es capaz de reconocer las necesidades particulares de cada paciente y ofrecer una experiencia única que va evolucionando con cada interacción. Después de cada sesión, el paciente recibe un informe gráfico con su evolución.