Hormonas y salud ocular: lo que las mujeres deben saber
No es ningún secreto que las mujeres experimentan bastantes cambios hormonales a lo largo de su vida adulta. A menudo llamadas los “mensajeros” del cuerpo, las hormonas se mueven por el torrente sanguíneo regulando el hambre, el sueño, la reproducción y el estado de ánimo. Pero ¿sabía que los cambios hormonales importantes, como el embarazo y la menopausia, pueden afectar a los ojos?
“El estrógeno y la progesterona, las dos hormonas sexuales femeninas, pueden afectar a la visión de diversas maneras”, explica la doctora Nishika Reddy, oftalmóloga del Centro Oftalmológico John A. Moran de la Universidad de Utah. “En su mayor parte, no hay motivo de alarma, y es un efecto secundario normal de un aumento o disminución de cualquiera de las hormonas”.
Hormonas y cambios en la visión
Embarazo
El aumento de progesterona durante el embarazo puede causar visión borrosa temporal. Suele desaparecer cuando las hormonas se estabilizan. Si la visión no vuelve a la normalidad un par de meses después del embarazo o se vuelve borrosa de repente, consulte a su oftalmólogo para descartar una afección ocular grave como la diabetes.
También es importante vigilar los cambios de visión en el segundo o tercer trimestre, ya que los cambios repentinos de visión podrían ser un síntoma de preeclampsia. Otros síntomas de preeclampsia son manos y cara hinchadas y fuertes dolores de cabeza.
Envejecimiento y menopausia
Los cambios en los niveles de estrógeno y progesterona
pueden afectar a las glándulas sebáceas del ojo, provocando sequedad
ocular, una de las afecciones más frecuentes en las mujeres que experimentan
cambios hormonales. Cuando los niveles de estrógeno y progesterona disminuyen
con la edad, también lo hace la lubricación producida por las glándulas
sebáceas del ojo. Esto puede provocar una sensación de picor o sensibilidad a
la luz, dificultando la lectura o la conducción nocturna. También puede
provocar visión borrosa.
El ojo seco también puede aumentar el riesgo
de infección ocular por falta de lágrimas. En algunos casos, la sequedad ocular
es temporal y responde a la aplicación de colirios hidratantes. Para otras, la
sequedad ocular puede convertirse en una afección más grave y debe ser
diagnosticada y tratada por un oftalmólogo.
El estrógeno también puede provocar cambios sutiles en la forma de la córnea, haciéndola más elástica. Esto afecta al modo en que la luz penetra en el ojo. La sequedad y un cambio en la refracción pueden causar visión borrosa y dificultar el uso de lentes de contacto.
Una dieta sana favorece una buena visión
“A lo largo de toda la vida, una dieta sana puede contribuir a la salud general de los ojos y la vista”, afirma Reddy. “Céntrese en una dieta rica en frutas y verduras, con énfasis en los aceites omega-3 que se encuentran en pescados grasos como el atún fresco o enlatado, la trucha, la caballa y las sardinas. Las fuentes vegetales incluyen frutos secos, lino, semillas de chía y verduras de hoja verde oscura como las espinacas, la col rizada y la rúcula.”
Fuente: www.healthcare.utah.edu