Según un estudio reciente publicado por “Ripley Belives”, un 55% de la población tiene los ojos marrones y por tanto se posiciona como el color más común en el mundo. Le siguen desde muy lejos los avellana y azules con un 8%. Con un 5% el tercer lugar lo ocupan los ojos ámbar y tan sólo un 2% de los seres humanos tienen ojos verdes.
Pero eso no es todo, porque hay un grupo muy reducido de personas -las cuales equivalen a un 0,6%- que tienen dos colores de ojos. Este caso se conoce como “heterocromía”, la cual puede aparecer cuando el ojo adquiere su coloración definitiva (heterocromía congénita) o puede aparecer como resultado de lesiones u otras enfermedades de base (heterocromía adquirida).
En la mayoría de los casos el paciente nace con esta condición y no reviste importancia, porque no altera la visión. La diferencia de color entre ambos ojos o dentro del mismo no progresa y la función ocular es normal. Sin embargo, en los casos de heterocromía adquirida, si se aprecian cambios de coloración antes no presentes o función ocular anormal, es necesario acudir al oftalmólogo para valorar una posible enfermedad de base.
Algunos de los factores que pueden ocasionar heterocromía del iris:
- Siderosis o Hemosiderosis: depósitos de hierro sobre el iris que alteran su coloración normal. Generalmente ocurre como consecuencia de un traumatismo.
- Ciclitis heterocromática de Fuch: inflamación de la cámara anterior del ojo. Es una de las causas que con mayor frecuencia provoca heterocromía en el iris.
- Glaucoma o determinados medicamentos para su tratamiento.
- Melanomas: tumores oculares a consecuencia de la proliferación de las células encargadas de sintetizar la melanina.
- Inflamación ocular.