Es común que los lentes ópticos de una persona estén sucios o presenten diminutas manchas que dificultan la visión. Si bien pueden desaparecer con una breve limpieza, hay quienes a pesar de quitarse los anteojos, siguen observando pequeñas “moscas” o finas líneas que obstruyen parte de la visión.
Aunque se podría interpretar como algún problema de salud, en realidad se trata de las “miodesopsias” o pequeños cuerpos flotantes que se mueven constantemente en el ojo y que pueden ser percibidos dentro del campo visual. En ocasiones, son descritos como manchas, pelusas, lombrices o incluso telarañas.
Puede que, al observar detenidamente, el paciente perciba que estos cuerpos están en frente del ojo; sin embargo, estas se encuentran al interior. De acuerdo con la Academia Estadounidense de Oftalmología, “las moscas volantes son un conglomerado de la sustancia gelatinosa o células en el interior del vítreo que llena el ojo. Lo que usted ve son las sombras de estos conglomerados proyectadas en la retina”.
Estos cuerpos flotantes son el resultado del envejecimiento natural del cuerpo vítreo del ojo y es común que se pueda presentar en jóvenes. No obstante, es más frecuente en personas mayores, pacientes que se hayan sometido a una cirugía ocular (por ejemplo, de catarata), individuos que padecen miopía o quienes sufren de inflación del ojo.
En este sentido, la Dra. Sara Llorente, oftalmóloga de la Clínica Universidad de Navarra (España), aclara que «estas alteraciones del vítreo no requieren ningún tratamiento, salvo en casos muy excepcionales».
¿Qué tan grave es?
Como se mencionó anteriormente, no se trata de una enfermedad grave que comprometa la visión de una persona, pero hay casos en los que esta afección puede avanzar y dificultar un poco el campo visual de una persona, provocando generalmente una vista borrosa. También, hay situaciones en que puede ser señal de un desprendimiento de la retina.
La Academia Estadounidense de Oftalmología recomienda que las personas tienen que acudir a un especialista si presentan un aumento en la cantidad de «moscas volantes», experimentan destellos, dificultades en la visión periférica o una pequeña capa gris que cubra los ojos.
En caso de requerir una atención médica, se realizarán pruebas que evalúan el estado de los globos oculares. Asimismo, con estas evaluaciones, se descartan otras patologías que pueden estar ocasionados con los síntomas de esta afección.
“El oculista puede verificar la presencia de moscas volantes como parte de un examen de ojos con dilatación de las pupilas. El especialista le aplicará algunas gotas para dilatar (ensanchar) las pupilas y evaluará la existencia de moscas volantes u otros problemas oculares”, explica el Instituto Nacional del Ojo de los Estados Unidos (NEI, por sus siglas en inglés).
Y agrega que “este examen generalmente no duele. El oculista podría presionarle los párpados para comprobar que no existan desgarros en la retina, lo que puede ser incómodo para algunas personas”.
Si la retina está dañada, se procede a un tratamiento con láser para evitar un desgarro de esta parte del ojo.
En cuanto a los pequeños cuerpos flotantes, no existe una cura o solución médica determinada, ya que no lo requiere. Y aunque no se pueden prevenir, se recomienda estar atento en caso de experimentar cambios bruscos que alteren la visión.
Fuente: BíoBío Chile