La mitad de quienes tienen diabetes desarrollan enfermedad ocular diabética, un padecimiento con el potencial de dejarlos ciegos, temporal o permanentemente. Y perder la vista no debería estar en el plan de vida de nadie.
Como le prometimos en nuestra primera entrega, le presentamos los seis hábitos que los especialistas en Oftalmología de la empresa farmacéutica Roche le aconsejan practicar para mantener una adecuada salud ocular:
Primer hábito. Programar una cita anual con el oftalmólogo. Esta visita debe formar parte del seguimiento médico de todo diabético, un paciente propenso a desarrollar enfermedad ocular diabética.
Segundo hábito. Tenga un adecuado control de los niveles de azúcar en su organismo, no solo con el uso de medicamentos, como la insulina, sino también con la práctica de este conjunto de hábitos.
Tercer hábito. Lleve una dieta balanceada, en cantidad y en variedad de alimentos. Procure tener la guía de un nutricionista.
Cuarto hábito. No fume. Consumir cigarrillos es origen seguro de una larga lista de padecimientos, incluidos diferentes tipos de cáncer.
Quinto hábito. Haga ejercicio de manera regular. La recomendación estándar es, al menos, 150 minutos a la semana. Puede empezar con una caminata, en algún sitio seguro y también agradable para sus sentidos.
Sexto hábito. Modere el consumo de alcohol.
Estos seis hábitos, practicados con constancia y disciplina, le permitirán mantener a raya la enfermedad ocular diabética, un padecimiento que traer dos complicaciones: la retinopatía diabética, que es una alteración en las venas de la retina; y el edema macular diabético, que impide la visión al acumularse líquido en una parte de la retina.
La enfermedad ocular diabética es la segunda causa de ceguera prevenible en el mundo.
Esta enfermedad es progresiva, lo cual quiere decir que los síntomas se volverán cada vez más persistentes y de mayor intensidad si no se tratan a tiempo.
Si usted o algún conocido ya ha sido diagnosticado con esta enfermedad, debe conocer que hay tratamientos disponibles para su control. Lara Lapyckyj, especialista de la casa farmacéutica Roche, destaca los siguientes:
– Fármacos intraoculares: para bloquear la inflamación y permitir al paciente recuperar su visión normal.
– Láser: este tratamiento reduce los vasos sanguíneos dañados y que causan malestar en la visión.
– Cirugías oculares: es una intervención directa en la zona donde se origina el problema.
Cada plan de acción definido por el médico tratante, es personalizado y depende del diagnóstico y la condición del paciente, quien debe seguir todas las indicaciones y mantener su tratamiento, aun cuando experimente mejorías, pues la enfermedad podría volver de forma persistente.
Fuente: La Nación