En la actualidad, son conocidos los beneficios que tiene el ejercicio físico para la salud; mejorar el desarrollo de las enfermedades cardiovasculares hasta aumentar la salud cognitiva.
Lo novedoso es que también podría tener efectos positivos para la salud ocular, así lo sugiere una nueva investigación de la Universidad de Virginia en Estados Unidos, que señala que la actividad física disminuye la pérdida de visión relacionada con la edad.
De acuerdo a los resultados, los investigadores han confirmado que a través de las pruebas experimentales realizadas, que el ejercicio puede frenar, o inclusoprevenir, la degeneración macular. Este interesante estudio fue publicado en la revista científica “Investigative Ophthalmology & Visual Science”.
“Desde hace mucho tiempo se ha cuestionado si mantener un estilo de vida saludable puede retrasar o prevenir el desarrollo de la degeneración macular”, explica Bradley Gelfand, uno de los investigadores estadounidenses en declaraciones citadas por New Atlas. “La forma en que esa pregunta ha sido respondida históricamente ha sido a través de encuestas a personas, preguntándoles por su dieta y por cuánto ejercicio estaban realizando”.
Para intentar ser más certeros en la investigación, el equipo de especialistas realizaron una serie de experimentos con ratones para comprobar si el ejercicio afecta directamente a la degeneración macular. Se compararon dos grupos de ratones, un grupo con una rueda de ejercicio en la jaula, y otro grupo sin la rueda. La naturaleza voluntaria del ejercicio fue importante ya que el ejercicio forzado ejerce una serie de respuestas de estrés que podrían influir negativamente en los resultados.
Tras cuatro semanas, los investigadores utilizaron el láser para inducir una forma de daño ocular llamada neovascularización coroidea, un factor importante en muchas formas de pérdida de la visión relacionadas con la edad que implica un crecimiento excesivo de los vasos sanguíneos en cierta parte del ojo.
A través de dos experimentos, los investigadores descubrieron que el crecimiento excesivo de los vasos sanguíneos en los ratones que hacían ejercicio era entre un 32 y un 45 por ciento más bajo que en los ratones sin acceso al ejercicio voluntario.
En conclusión, este estudio sostiene y sugiere que una pequeña cantidad de ejercicio parece ofrecer resultados preventivos directos contra ciertos tipos de pérdida degenerativa de la visión. A pesar de que no está claro qué mecanismo molecular específico logra esta protección macular, una hipótesis es que el ejercicio confiere efectos inmunomoduladores que pueden reducir las posibles acciones inflamatorias que sustentan la degeneración macular relacionada con la edad.
“El siguiente paso es analizar cómo y por qué sucede esto, y ver si podemos desarrollar una píldora o método que le dé los beneficios de la actividad física sin tener que hacer ejercicio“, señala Gelfand. “Estamos hablando de una población de bastante edad, muchos de los cuales pueden no ser capaces de llevar a cabo el tipo de régimen de ejercicio que puede ser necesario para ver algún tipo de beneficio”.