Aunque parezca broma, especialistas del Instituto de Microcirugía Ocular (IMO) en Barcelona, España han revelado que el clima puede ser perjudicial o favorecer la salud ocular.
Según sostienen, para la práctica de deportes de invierno como el ski, snowboard y otros, se hace indispensable la utilización de anteojos de sol especializados, así como también el uso de lágrimas artificiales sin conservantes y que incorporen ácido hialurónico para mantener una adecuada hidratación y lubricación de la superficie del ojo.
El viento y las calefacciones en interior también representan amenazas y factores ambientales que influyen notoriamente en la condición de nuestros ojos, ya que provocan o empeoran la sensación del ojo seco, un problema que ha aumentado sosteniblemente en la población durante los últimos años Actualmente, esta condición afecta al 30% de la población mundial.
Lo mismo sucede con los deportes de montaña, en donde para proteger los ojos se deben ocupar lentes de sol homologados y con filtros adecuados. Los oftalmólogos advierten que éstos deben ser adquiridos en centros especializados que cuenten con permisos especiales para evitar que una mala compra genere lesiones de córnea, conjuntivitis o queratitits u otras dolencias oculares tras largas exposiciones a lo largo de los años.
A diferencia de lo que se suele pensar, en niños es imprescindible el uso de anteojos especializados, ya que es una etapa crucial en el desarrollo ocular de los más pequeños del hogar.
“Es importante proteger la visión tanto de la sobreexposición a la radiación ultravioleta UV como del exceso de luminosidad exterior. Hay que tener en cuenta que, además del sol, nuestros ojos pueden recibir también la luz proveniente del reflejo del aguao de la nieve”, señaló José Luis Guell, Coordinador del Departamento de Córnea, Catarata y Cirugía Refractiva del IMO.
Los filtros solares selectivos o polarizados son vitales, mientras que los primeros son ideales porque bloquean la parte más dañina del sol, los segundos suprimen la reflexión de la luz de una superficie reflectante en la alta montaña como en la nieve.