Con 29 años, una joven taiwanesa vivió una traumática experiencia. Luego de sentir dolor y lagrimeo en uno de sus ojos, acudió al hospital pensando en que podría tener alguna afección ocular… pero el diagnóstico fue completamente distinto.
Según relató el diario español El País, el médico descubrió que cerca de su párpado se movían unas muy minúsculas patas de un insecto. Y con la ayuda de un microscopio, más tarde, lo confirmó: cuatro abejas nadaban cerca de su globo ocular.
El médico, Hong Chi Ting, contó que a ella le resultaba casi imposible cerrar los ojos. “Miré con un microscopio y vi algo negro que parecía una pata de un insecto (…) Muy lentamente saqué una, luego vi otra, y otra y otra”, recordó.
“Todavía estaban intactas y todas estaban vivas”, añadió el especialista del Fooyin University Hospital, en el sur de Taiwan, explicando que median casi medio centímetro.
La joven detalló que las abejas habrían entrado arrastradas por una ráfaga de viento mientras visitaba a sus familiares en un cementerio de la zona. Si bien en el momento pensó que podría ser una basura pequeña, la realidad era muy distinta. “Podría haberse quedado ciega (producto de los venenos), advirtió su especialista.
En tanto, el experto detalló que este tipo de insecto es conocido como “abeja del sudor”, que en general miden menos de medio milímetro. Coloquialmente, en algunas localidades de Asia, Centro y Sudamérica se las da esa nominación debido a que se sienten atraídas por la transpiración.