Sabemos que el COVID-19 es un virus que afecta principalmente los pulmones y las vías respiratorias y que en estos días se han enviado fuertes mensajes sobre la importancia de lavarse las manos con frecuencia y de evitar tocarse la cara y nariz luego de haber agarrado o tocado alguna superficie que no haya sido desinfectada previamente, entre otras medidas de prevención. Al igual que el cuidado que tenemos con no permitir que el virus ingrese en nuestro sistema respiratorio, otras partes de nuestro cuerpo también requieren la atención necesaria durante estos días de pandemia; un caso puntual son los ojos.
En relación a nuestra salud ocular, para evitar contagiarse, es importante adquirir e internalizar ciertas consideraciones, por ejemplo una relacionada con el uso de lentes de contacto, que según los médicos y expertos éstos serían una de las causas claves de propagación del COVID-19 y otros virus.
Expertos en todo el mundo sugieren que aquellas personas que utilizan a diario lentes de contacto, los eviten lo máximo posible o derechamente suspendan su uso durante estos días o hasta que la pandemia pase o disminuya su intensidad ya que se presenta como un comportamiento de riesgo. Éstos se pueden reemplazar perfectamente por esos anteojos ópticos que seguramente todos los usuarios de lentes de contacto tienen guardados en el velador del dormitorio.
Esta recomendación es parte de un reciente estudio publicado en la revista Journal of Hospital Infection que pone en evidencia que el virus es capaz de sobrevivir, con capacidad de infección, hasta cinco días en el caucho de silicona, material con el que se confeccionan la gran parte de los lentes de contacto, por lo que los ojos pueden convertirse en estos casos en la puerta de entrada a nuestro organismo del COVID-19.
Por su parte el Dr. Sonal Tulsi, de la Academia Estadounidense de Oftalmología (American Academy of Ophthalmology) sostiene que las personas que están obligadas a llevarlos para así poder ver de cerca o de lejos, tocan sus ojos más que una persona promedio, esto dentro del intervalo de tiempo desde que se los colocan en la mañana hasta que se los quitan antes de dormir.
Es aquí donde los anteojos juegan un papel importante para frenar el contagio del Coronavirus. “La sustitución de lentes de contacto por monturas puede disminuir la irritación y obligarlo a detenerse antes de tocarse el ojo”, afirmó el especialista.
Los lentes ópticos proporcionan un mayor nivel de protección contra las partículas de este virus que flotan en el aire, aún cuando el contagio es bastante más probable por la boca y la nariz que por los ojos. En definitiva, los anteojos ópticos actúan como una especie de filtro que impide la circulación del virus.
En el caso de que la persona decida categóricamente no hacer reemplazo de sus lentes de contacto por unos ópticos/lentes de contacto desechables o utilizarlos esporádicamente, es imprescindible mantener una higiene adecuada y rigurosa. Lavarse durante 20 minutos las manos antes de manipularlos, evitar tocarse o rascarse los ojos, usar un pañuelo en lugar de los dedos para estas acciones y quitárselos sagradamente durante la noche son las recomendaciones principales que entregan los expertos a aquellos individuos que padecen patologías visuales.