Aunque resulte un tema al que muchas personas no le dan importancia, no significa que no la tenga. A saberse, la iluminación es un aspecto clave para la productividad, el buen rendimiento en el trabajo y para mantener la buena salud ocular de los trabajadores.
El ojo humano es un órgano sensible a factores externos como la luz, ya sea natural (solar) o artificial. En concreto es en la retina donde la luz puede tener efectos más nocivos. Y es que en esta membrana se encuentran dos tipos de receptores muy delicados: los bastones (susceptibles a la intensidad de la luz) y los conos (responsables de la visión del color). Los daños se producen sobre todo por la exposición a la luz intensa que se recibe en un espacio de tiempo corto y por la exposición continua a una intensidad de luz moderada.
Fatiga visual, agotamiento, estrés, trastornos oculares (dolor e inflamación en los párpados, pesadez, lagrimeo, enrojecimiento, irritación, e incluso visión alterada) y jaquecas son los principales malestares relacionados con la iluminación en las empresas.
Forzar la vista constantemente para ver documentos o pantallas es un claro indicador que la iluminación es precaria y se deben buscar soluciones lo más pronto posible. Una mala iluminación no sólo incide en el desempeño profesional y en el estado de ánimo de las personas sino también directamente en sus ojos.
El objetivo de diseñar ambientes de estudio o trabajo adecuados para la visión no es proporcionar simplemente luz, sino permitir que las personas reconozcan sin error lo que ven, en un tiempo adecuado y sin fatigarse.
A modo de recomendación, los expertos sostienen que se deben aprovechar al máximo los niveles bajos de luz natural y considerar la luz artificial como un complemento a la natural en el día y como la fuente principal en la noche.
En tanto, tratar de evitar la utilización de bombillas fluorescentes, con una luz cálida, ya que no son muy eficaces desde el punto de vista de luz visible. Las luces halógenas, con una luz más blanca, se considera que pueden emitir más radiaciones de luz ultravioleta que las bombillas antiguas, pero que tampoco es recomendable exponerse a ellas más del tiempo prudente y necesario.
Idealmente, se aconseja utilizar una mezcla de iluminación general uniforme, localizada e iluminación focalizada.
Sin duda, estas consideraciones, se traducirán en mejores condiciones laborales y disminuirán los riesgos de errores, enfermedades y ausentismo derivado de problemas de visión.