Aunque resulta mucho más costoso una intervención con uso de robot que una tradicional, ya es frecuente ver cómo estas máquinas se han convertido en verdaderos aliados de los médicos en los pabellones.
Y es que lo robots no vienen a reemplazar a los cirujanos, sino a entregarles herramientas para lograr un mayor control sobre sus movimientos. Al mismo tiempo, ayudan a que las operaciones sean menos invasivas, más rápidas, eficaces y tengan mejor recuperación, porque reducen el riesgo de infección y el trauma de los pacientes.
La cirugía ocular no se ha quedado atrás, ya que en 2016 se realizaron los primeros ensayos para que un robot operara un ojo humano y a mediados del año pasado se concretó la primera intervención quirúrgica de retina, liderada por un equipo de la Universidad de Oxford, en Reino Unido.
El protagonista es el robot “PRECEYES”. Por ahora no se trata de un robot autónomo, sino de un brazo robótico con una gran precisión que debe ser controlado por el médico especialista.
Robert MacLaren, profesor de Oftalmología de la Universidad de Oxford aseveró que “esta operación es un gran salto para la cirugía delicada y aunque es técnicamente difícil, con el tiempo debería mejorar en cuanto a su calidad y la seguridad”.
El sistema quirúrgico “PRECEYES” ofrece asistencia robótica para controlar el instrumento intraocular con la máxima precisión y estabilidad. Permite el desarrollo de nuevos tratamientos de alta precisión y facilita la cirugía vitreorretiniana.