Una noche de insomnio puede pasarnos factura no solo en nuestra imagen con la aparición de ojeras y ojos hinchados. Escatimar en el descanso afecta a nuestro estado de ánimo, nuestra memoria, metabolismo, nos sentimos más letárgicos, nos cuesta mantener la concentración y, también puede afectar a la salud de nuestros ojos.
En promedio, en España la media de sueño no llega a las siete horas por noche (por tanto, nos quedamos un poco por debajo de las ocho horas recomendadas en general); un 58% de admite que duerme mal y un 75% se despierta al menos una vez por noche. ¿Cómo nos afecta a nuestra salud visual esta mala calidad del sueño?
Cómo influye el sueño en nuestros ojos
Dormir las horas recomendadas es crucial para la salud en general y la de nuestros ojos en particular porque así conseguimos tener una visión clara y cómoda. El sueño es reparador para todas las partes del cuerpo, incluidas las funciones cognitivas e inmunes.
Dormir lo suficiente mantiene nuestros ojos en alerta y les da la hidratación y el descanso que necesitan para que funcionen de la manera correcta.
Mientras dormimos, se producen distintas fases de sueño importantes para los ojos:
- Movimiento ocular rápido (REM): durante esta fase, la respiración se vuelve más rápida, irregular y superficial, los ojos se mueven de forma rápida en varias direcciones y los músculos de las extremidades se paralizan temporalmente. Se desconoce el motivo por el que el ojo se mueve durante este periodo de sueño. Una teoría dice que es porque el ojo puede estar tonificando sus músculos. Esta es la etapa del sueño típicamente asociada con los sueños.
- Sin movimiento ocular rápido (NREM): supone un 75% del sueño total y consta de cuatro etapas, de la más liviana (la uno, en la que nuestros ojos se mueven muy lentamente y la actividad muscular se ralentiza) a las fases tres y cuatro, la de un sueño más profundo.
Si no dormimos las horas suficientes pueden aparecer problemas como:
- Visión borrosa y sensibilidad a la luz: pueden aparecer como un efecto secundario del ojo seco, que ocurre cuando no están bien lubricado. Durante el sueño, los ojos tienen la oportunidad de conseguir los líquidos que necesitan, no solo hidratándolos sino también limpiándolos. Esto puede afectar a la realización de actividades diarias que implican cierto grado de concentración, como la conducción. Casi una de cada dos personas con ojo seco duerme mal.
- Espasmos oculares (mioquimias): los movimientos de nuestros ojos están controlados por algunos de los músculos más activos del cuerpo y exigirles demasiado puede tener consecuencias. No dormir suficiente puede afectar al sistema nervioso que controla la contracción muscular. Aunque los espasmos oculares pueden ser incómodos y provocar irritación durante el día, no dañan la visión.
- Fatiga ocular: cuantas menos horas dormimos, menor es la hidratación del globo, lo que deriva en fatiga visual. Dormir bien permite descansar la superficie ocular, donde se sitúa la córnea, conjuntiva y película lagrimal. Los efectos de la fatiga ocular suelen aparecer en forma de dolor de cabeza o dificultad para centrar la atención visual.
- Glaucoma: es una enfermedad ocular grave que puede derivar en ceguera si no se trata a tiempo. Ocurre cuando se acumula mucha presión en el ojo, lo que daña el nervio óptico y afecta a la visión periférica. Un estudio revela asociaciones entre el glaucoma y las pocas horas de sueño, es decir, los parámetros deficientes del sueño pueden ser un factor de riesgo o una consecuencia del glaucoma.
- Ojeras y ojos hinchados: la apariencia de los ojos a menudo se ve afectada cuando no dormimos lo suficiente y son una forma de mostrar que los ojos necesitan más descanso. Esto sucede porque la falta de sueño hace que los vasos sanguíneos se expandan.
La apnea del sueño también se ha relacionado con una variedad de enfermedades oculares (glaucoma, neuropatía óptica isquémica, etc.) Aunque nuestros ojos pueden lidiar con una noche de insomnio ocasional, hacerlo de manera constante puede tener efectos a largo plazo.
Cómo cuidar los ojos
Tras pasar muchas horas “usando” los ojos, es importante darles la oportunidad de que se recuperen durante la noche, para que funcionen bien cuando nos despertemos. Además de las ya tan conocidas recomendaciones generales, es conveniente, en el campo que nos ocupa, tener en cuenta otro consejo: no abusar de las pantallas de los dispositivos móviles o tablets, que acostumbran a estar detrás de muchos casos de fatiga visual.
Por tanto, así como el cuerpo necesita tiempo para descansar y recuperarse, también les pasa lo mismo a los ojos.
Fuente: El Diario