Desde que nuestros hijos son pequeños, los padres les enseñamos una serie de rutinas de higiene que poco a poco van aprendiendo e incorporando a su vida diaria. De este modo, gestos como lavarse las manos, cepillarse los dientes o ducharse acaban convirtiéndose en hábitos imprescindibles para cuidar su cuerpo y su salud.
Pero no suele ocurrir lo mismo con los ojos. De hecho, los expertos lamentan que por lo general, esta parte tan importante del cuerpo suele ser la gran olvidada en las rutinas diarias de aseo de los niños.
“Si los padres enseñamos a los niños la importancia de lavarse los dientes tres veces al día, utilizar colutorio bucal y acudir a las revisiones anuales, ¿por qué no preservamos del mismo modo su salud visual?”, reflexiona Irene Zamora, optometrista de Ópticas Zamora y miembro del comité de expertos de CECOP España.
“Los adultos no tenemos cultura de higiene visual”
Para Irene Zamora, la causa de que los niños no sepan cómo cuidar sus ojos radica en la falta de cultura de la higiene visual que tenemos los adultos: “Primero hay que educar a los padres, y después los niños integrarán en su día a día esos hábitos”, asegura la experta.
Desde que el bebé nace, su desarrollo, aprendizaje y adquisición de hábitos se basa en la observación y la imitación. Los niños crecen aprendiendo de los padres; les imitan y se fijan en ellos a la hora de hacer las cosas.
“Un ejemplo muy claro lo tenemos ahora, con la pandemia. Los niños han integrado en su vida cómo deben lavarse las manitas con gel hidroalcohólico cuando están fuera de casa”
“También vemos desde pequeños cómo son capaces de coger el teléfono móvil de los padres y toquetear la pantalla imitando lo que hacemos, cómo gesticulan al hablar copiando a sus padres, o cómo se extienden la crema por el cuerpo imitando a mamá”
Los padres debemos aprovechar esta fase de imitación para potenciar la adquisición de ciertos aprendizajes importantes para su vida, entre ellos todo lo que tenga que ver con su higiene y cuidado personal.
Cómo enseñar a los niños a cuidar sus ojos
Teniendo clara esta premisa, la optometrista nos ofrece una serie de pautas para el cuidado de los ojos que los niños deben aprender de los padres desde pequeños:
1) No tocarse nunca los ojos con las manos sucias
El lavado de manos previene de muchas enfermedades y es un hábito de salud imprescindible antes de cocinar o después de ir al baño. Pero también deberíamos inculcar a nuestros hijos la importancia de lavarse las manos antes de tocarse los ojos, pues de lo contrario aumenta el riesgo de infecciones, irritación y conjuntivitis.
2) No frotarse los ojos
Frotarse los ojos es un gesto habitual en los niños. Lo hacen cuando tienen sueño, están cansados o cuando sienten que se les ha metido un cuerpo extraño. Pero es importante evitar este gesto, pues no suele puede irritar el ojo o provocar una lesión en caso si se hubiera metido algo, sino provocar deformaciones futuras de la córnea.
3) Lavarse la cara cuando vuelvan de la calle, para arrastrar las posibles partículas de polvo y suciedad que pueda tener la piel.
4) Lavados oculares con suero fisiológico
Lavar los ojos con suero fisiológico ayuda a arrastrar suciedad y alérgenos que se quedan en el ojo y que pueden propiciar la aparición de síntomas como picor, escozor, lagrimeo…
Además, si el niño tiene alergia ambiental, la optometrista recomienda hacer una limpieza de párpados con toallitas oculares, con el fin de eliminar los posibles ácaros, evitar orzuelos y mantener limpios los ojos cuando los párpados están inflamados.
5) Usar gafas de sol
Las gafas de sol infantiles no son un complemento para ir a la moda, sino un artículo importante y necesario para proteger los ojos de la radiación ultravioleta y evitar la aparición de problemas oculares futuros. Deben usarse en verano, pero también si vamos a la nieve o en cualquier otra situación en donde el sol incida directamente en sus ojitos.
6) Usar gafas deportivas
Según Irene Zamora, las gafas de protección deportiva son las grandes olvidadas. Sin embargo deberían ser imprescindibles si los niños practican deportes de raqueta como el pádel, pues evitan lesiones en el ojo en el caso de un impacto de la bola.
7) Integrar con naturalidad el uso de gafas y lentillas
La optometrista recomienda a los padres de niños que usan gafas o lentillas, que integren esta herramienta con naturalidad y diversión, y nunca como una carga. En este sentido, es importante seguir una serie de consejos para que los niños acepten de buen grado llevarlas, y escoger siempre el método corrector más eficaz y cómodo para el niño.
8) Tiempo de pantallas y sequedad ocular
Todos sabemos la importancia de limitar el uso de pantallas en niños, pues afectan de diferentes formas a su desarrollo y su salud. Pero cuando el uso de dispositivos móviles u ordenadores es necesario, la optometrista recomienda aplicar lágrimas artificiales para evitar la sequedad ocular.
9) Acudir a las revisiones
Y como última recomendación, Irene Zamora nos recuerda la importancia de llevar a los niños a revisar la vista de forma periódica y estar atentos a las posibles señales que pudieran indicarnos la existencia de un problema visual, incluso cuando son bebés.
“Hay que monitorizar a los niños desde los tres meses para ver cómo van evolucionando, si tienen graduación, si entienden lo que ven, si tienen un buen procesamiento visual, para después ser más eficaces en su aprendizaje”, concluye.
Fuente: Bebés y Más